Kylian Mbappé protestó y con razón a De Burgos Bengoetxea tras el primer gol del Girona porque dentro del área rival Álex Moreno le hizo una falta en el inicio de la jugada que terminó con el tanto de Ounahi que supuso el 1-0 en contra del Real Madrid en el partido de la jornada 14 de Liga.
El francés se rebeló contra el cuarto árbitro para reclamar el claro empujón que le había propinado anteriormente el defensa del cuadro gerundense y que se tragó el colegiado del encuentro, perjudicando una vez más al equipo blanco, no sólo por no señalar pena máxima, sino porque la continuación terminó en gol para su oponente.
La acción continuó y el Girona avanzó hasta el área del Real Madrid para que el centrocampista marroquí acabase rematando a la red con un gran disparo con la pierna derecha. Nuevamente, el conjunto de Xabi Alonso empezaba perdiendo un partido y ya van tres seguidos tras Elche y Olympiacos, pero esta vez con influencia directa del árbitro De Burgos Bengoetxea, más conocido por llorar antes de la última final de la Copa del Rey.

Más tarde de ese polémico gol, además de al cuarto árbitro, Mbappé también se dirigió a pedir explicaciones al colegiado en Montilivi. «Hay contacto muy pequeño», le contestó De Burgos. Y es que antes, entre él y el VAR le habían anulado un gol por mano involuntaria. Pero no fue la única torpeza del árbitro, que en el 80′ pasó de pitar un penalti claro de Joel Roca sobre Rodrygo Goes con empate (1-1). Tampoco le avisó Pulido Santana para corregir su error y el partido siguió como si nada.